(Deliberados idólatras del pecado: esta son gente que quizás fue pos-moderna al principio. Toda esa espiritualidad aguada, "meditación" en la nada, "interioridad" sin Dios, reconocen que ha fracasado. Niegan la espiritualidad de plano. Especialmente el éxito espiritual (católico). Niegan lo espiritual e idolatran el poder, el consumismo; la vida licenciosa en general.)
No son personas de otras religiones, ni protestantes tan característicamente centrados en el anti-catolicismo. Tampoco son gente auto-proclamada "neutral", creída que puede ser "buena" sin la ayuda de Dios. Ni los pos-modernos, tan nerviosos. Tan vacíos, y tan hirientes. Especialmente hacia el dócil cristiano.
Pero quizás fueron pos-modernos, y saben dónde termina: el desasosiego, el sobre-esfuerzo mental, el vacío espiritual. Esto de meditar sin Dios, de la "energía psico-trónica". Del cosmos, la "buena-onda". Aunque quizás puedan dar buena charla sobre ello, saben que en la práctica son cosas que realmente no perduran.
Se avocan a las cosas materiales, físicas como el poder, el consumismo; la vida licenciosa en general creyéndola perdurable. Creyendo que por ser cosas concretas, tendrán un destino diferente al conocido. Diferente al ensayado pos-modernismo. Piensan que es o pos-modernismo o materialismo. Una falsa dicotomía.
¿Cómo lograr contra-argumentarlos?: yo me aprovecharía de esta falsa dicotomía pos-modernismo/ materialismo. Me centraría en que las cosas materiales pasan así como las "nuevas ideas". En que sólo Dios puede calmar nuestro hambre interno. Y en que por eso fundó Su iglesia. Diferente de todo... perdurable.
No amontonéis tesoros en la tierra
donde la polilla y el herrumbre corroen,
y los ladrones socavan y roban (Mateo 6, 19).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.